A sus 42 años, en 2007, Michael Bay realiza un film que sin lugar a duda, a de callar bocas en cuanto a muchas cosas que se le cuestionaron al "jóven" director. Dejando a un lado sus emotivos discursos patrióticos (Pearl Harbor, Armageddon, The Rock), Bay ha creado sin duda, una de las mejores obras en cuanto a realización se refieren. Transformers.
Sin abusar de los efectos especiales como ya lo había hecho en The Island, Bay ha madurado en su manera de observar las cosas através del lente. Mucho tuvo que ver Spielberg en este proceso en el cual, fue encaminando al director desde el desarrollo del proyecto. Cuando uno realiza una filmación, toda la gente involucrada es como una familia. Hay que llevarse bien con ellos. En este caso, la tarea del productor ejecutivo, es darle los lineamientos al director para poder completar su obra. Y es que, la película es una casa de no más de 140 millones de dolares que hay que proteger.
Sin el abuso de la cámara lenta/rápida/lenta a la que, Bay nos ha tenido acostumbrados, sin el famoso "Michael Bay Money Shot", que consta en hacer un dolly circular alrededor de un personaje mientras este se levanta en cámara lenta y observa su destino, sin colocar 16 cámaras en persecución para hacer todo más frenético, esta vez el director se enfocó en desarrollar la historia con la mayor fluidez que se podría presentar. Desde el guión, escrito por Alex Kurtzman, él cual ya había trabajado con Bay en "The Island"; se logra sentir una proyección humanda con los robots, identificando al espectador con las voces, gestos y comportamientos de los Autobots y los Decepticons.
La película arranca con la historia de Sam, un jóven que por destinos de la vida, compra un Camaro como si primer auto. A raíz de esto, Sam descubre que el Camaro posee vida propia, y que se encuentra dentro de una guerra entre dos bandos: Decepticons y Autobots. Sam tendrá que ayudar a los Autobots para que la tierra no sea destruida.
De la mano de su productor ejecutivo, Bay filmó toda la película en 84 días. Dandole clases de como es que menos de pronto se vuelve más, Spielberg instruyó a Bay para la realización de varias secuencias de acción, sobre todo en aquellas en las que la acción se desarrollaría después en postproducción gracias a la gente de ILM. Bay ha trabajado en películas con grandes FX, todo a cargo de la mano de Jerry Bruckheimer. La diferencia, y la cual es muy notable, es que Spielberg es y siempre será el mejor director vivo. Es la persona que mejor sabe contar historias, y para cada emplazamiento tiene una razón dramática. Durante toda la película, se ve una maduración importante como realizador de Bay.
Al final, uno queda satisfecho de observar el resultado. Pero...no se siente como una mega producción de 2 horas y 15 minutos, con grandes explosiones, con robots cobrando vida, con FX impresionantes, con música delirante que de pronto nos recuerda a The Rock....no...y justo ahí uno encuentra la madurez de Michael Bay. Donde dejó a un lado su "I want to blow the people minds". Y lo que uno aprende de un maestro como Steven Spielberg es "You already blow them with the title in your movie. Now, blow them with the movie itself".
